El fenómeno El Niño está pronosticado para fines del 2023 y, con mayor intensidad, durante el verano del 2024 según el Comité Multisectorial del Estudio Nacional del Fenómeno El Niño (ENFEN). Mientras esperamos su llegada, la escasa ejecución del presupuesto regional indica que las iniciativas de prevención no se realizarán a tiempo. En este contexto, conversamos con el investigador del CIUP, Mario Chong, quien analiza la importancia de la prevención ante los impactos de fenómenos naturales y, para hacerlo, se basa en la logística humanitaria.
Para afrontar el fenómeno El Niño, el Estado aprobó recursos adicionales para el 2023 por S/4.1 mil millones. A pesar de ello, la ejecución ha sido mínima. En el caso de Arequipa, se ha utilizado el 1% del presupuesto asignado, mientras que Piura ha ejecutado el 16%. ¿Cuál será el efecto del fenómeno El Niño en las diferentes regiones del país?
Los fenómenos naturales son fenómenos sociotécnicos, lo que significa que su impacto varía según el contexto. Por ejemplo, un terremoto de magnitud 6.4 en una zona densamente poblada como Lima afectará de manera muy diferente que en una zona con baja densidad de población o sin densidad. En ese sentido, las inundaciones impactan principalmente a la costa peruana, donde la población se concentra debido a la proximidad al mar y fuentes de agua que se usan en la agricultura. Como hemos visto con anterioridad, las inundaciones y huaicos pueden causar graves disrupciones en la cadena de suministro e infraestructura, especialmente cuando el 80% del sistema de transporte en Perú se moviliza por carretera. Si el transporte se paraliza, eso significa que el 80% de la actividad del país se verá afectada.
¿Cómo se puede abordar esta problemática considerando el sistema de logística humanitaria y prevención?
Sabemos que el fenómeno El Niño es un evento que sucede frecuentemente, y con gran magnitud cada quinquenio, y casi siempre nos ha costado 2,000 millones de dólares volver a la normalidad anterior. En el campo de la logística humanitaria, la prevención es fundamental. En Perú, hemos estado trabajando en mejorar el nivel de madurez de nuestro sistema de logística humanitaria. En el 2017, como efecto del fenómeno El Niño que se vivió en ese momento aplicamos la metodología e identificamos que el Perú se encontraba en un nivel de madurez 2. Esto lo plasmamos en el paper "The maturity of humanitarian logistics against recurrent crises". Después de la pandemia por COVID-19, pensamos que Perú había llegado a un nivel de madurez 3. Entonces trabajamos la misma metodología e identificamos un nivel de madurez de 2.8. Es decir, mejoramos en comparación con el 2017 pero no alcanzamos el nivel que habíamos proyectado. Ahora, tres años después y frente a un fenómeno recurrente, considero que debemos estar igual que en el año 2020, cuando hicimos esta última evaluación.
¿Qué nos hace falta para alcanzar el máximo nivel de madurez en logística humanitaria frente a crisis recurrentes como esta?
La clave está en la prevención y en cómo los países están preparados para los desastres. De acuerdo a la logística humanitaria, el primer nivel de madurez o nivel 0 se refiere a una ausencia de madurez, el nivel 1 significa que se cuenta con conocimiento del contexto, el nivel 2 se refiere a un nivel disciplinado, los niveles 3 y 4 hacen referencia a sistemas integrados con distinto grado de despliegue, el último nivel o nivel 5 se refiere a un sistema global optimizado. Entonces, lo que pasa es que el Perú tiene procedimientos de respuesta y conciencia de preparación y anticipación. Pero no tenemos un sistema sistematizado, consciente, con preparación y coordinación anticipada. Es por ello que frente a una crisis solo reaccionamos, que es justamente lo que va a pasar con el fenómeno El Niño.
¿Qué medidas son necesarias para tener una actuación anticipada y no solo como respuesta al desastre?
En Perú, la respuesta a desastres pasa por etapas: distrital, provincial, regional y finalmente el Gobierno Central. Se requiere una declaración de emergencia para que el siguiente nivel actúe. Mi sugerencia sería que el gobierno actúe de manera más ágil para hacer el inventario de los efectos del fenómeno El Niño. Además, para no depender de la ayuda del Gobierno Central, las comunidades pueden establecer puntos de entrega de ayuda humanitaria y rutas de evacuación frente a un posible desastre. Las comunidades y las familias pueden tomar medidas sencillas pero efectivas para estar mejor preparadas. Esto incluye establecer puntos de encuentro, rutas de evacuación y saber a dónde acudir en caso de necesitar ayuda. Además, las municipalidades y los gobiernos regionales pueden difundir información sobre puntos de entrega de ayuda humanitaria y rutas de evacuación. Estas medidas son analizadas en la investigación Goal programming optimization model under uncertainty and the critical áreas characterization in humanitarian logistics management.
¿Cómo podemos utilizar la tecnología y los datos para mejorar la preparación y la respuesta a desastres?
Podemos utilizar datos para identificar zonas vulnerables y establecer puntos de entrega de ayuda humanitaria. Esto lo hicimos en el contexto de la pandemia, para descongestionar los mercados y tiendas de primera necesidad y quedó plasmado en el paper A methodology for managing public spaces to increase access to essential goods and services by vulnerable populations during the COVID-19 pandemic. La tecnología también puede ayudar en la difusión de información a nivel comunitario. En el pasado, hemos trabajado en proyectos que utilizan datos para identificar la ubicación de mercados itinerantes y puntos de entrega de ayuda humanitaria, lo que puede ser de gran ayuda. El uso de estas herramientas puede ayudar para que las comunidades y las familias pueden tomar medidas para estar mejor preparadas, como establecer puntos de encuentro y rutas de evacuación. De esta manera, la logística humanitaria puede reducir el sufrimiento de las personas en momentos de crisis, pero debemos estar preparados y ser resilientes como sociedad. Asimismo, el trabajo conjunto entre el sector público y privado será esencial para una respuesta efectiva.
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