Artículo de opinión de Beatriz Rodríguez Satizábal, investigadora del Centro de Investigación de la Universidad del Pacífico (CIUP). Este texto fue escrito para el Punto de Equilibrio n°61.
Las mujeres en el Perú están cada vez más inmersas en la actividad empresarial. De acuerdo con los datos del INEI y el Banco Mundial, al igual que en las economías globales, en las últimas tres décadas la participación de las mujeres en la economía peruana ha aumentado.
Sin embargo, la participación femenina en la economía sigue estando acompañada de retos relacionados con la equidad de género y al fortalecimiento de capacidades organizacionales que les permitan enfrentarse con mejores herramientas de gestión del entorno, del conocimiento y de la economía del cuidado a las barreras estructurales de una economía emergente.
Aunque sólo el 5,7% de las mujeres en edad de trabajar están desempleadas, el reto de las mujeres ocupadas continúa siendo el subempleo que roza el 70,9% y la informalidad femenina, que alcanzó el 74,3%, continuando con la tendencia de que las mujeres son más propensas a trabajar en condiciones informales en un país donde, de acuerdo con ComexPerú, el 86,3% de las mipymes aún no han consolidado su formalización.
Las mujeres que lideran mipymes en el Perú se destacan por crear empresa desde aquellas actividades que les gusta hacer y saben hacer bien, tienen la motivación para buscar actualizar sus conocimientos a pesar de los vaivenes de la economía. Generalmente, la financiación de sus negocios es a través de sus redes de familiares y amigos, y, aunque comprenden la importancia de la formalización para darle continuidad al crecimiento de sus negocios, no son tan rápidas en ingresar a ese proceso. Sus emprendimientos se encuentran mayormente vinculados a sectores como hotelería y restaurantes, comercio, manufactura, agropecuario, consultoría, educación y entretenimiento.
El liderazgo femenino en las mipymes ha demostrado que potencializa asuntos que son objetivo de las políticas de equidad e inclusión de género. Las mujeres hacen. En el caso del Perú, su interés por aumentar sus conocimientos de gestión y compartir lo que han aprendido en el camino de formar empresa, abre una puerta inmensa para que continúen desarrollando capacidades individuales que tengan un impacto dentro de las organizaciones.
Por ello, se debe promover la identificación de mipymes con alta participación femenina, caracterizando sus capacidades organizacionales para promover un aprendizaje acompañado de acción en la identificación del entorno, sistematizar el conocimiento sobre la historia, los procesos y los clientes, e integrar la interfaz trabajo-familia en las actividades y políticas de sus empresas.
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