Columna de opinión del investigador del CIUP, Walter Bazán, para el boletín Punto de Equilibrio n°20.
El siguiente artículo se realiza a título personal y no refleja necesariamente la opinión institucional de la Universidad del Pacífico.
La leyenda cuenta que Satoshi Nakamoto, una persona o un grupo de programadores, en el 2008 crea Bitcoin, la aplicación de la tecnología de la cadena de bloques (blockchain), como una respuesta al sistema financiero tradicional y, en particular, a los bancos centrales. El 3 de enero de 2009, Satoshi deja un mensaje en la semilla de Bitcoin, el bloque génesis: “The Times 03/Jan/2009 Chancellor on brink of second bailout for banks”. Esta frase hace referencia al titular del diario inglés The Times de ese día, sobre cómo el canciller británico estaba a punto de salvar nuevamente a los bancos de la crisis financiera de 2008. ¿Cómo?, imprimiendo dinero. Sí, creando dinero de la nada.
Luego de más de 10 años, durante la crisis financiera desatada por el COVID-19, mensajes similares no se hicieron esperar. En mayo de 2020, en el bloque 629 999, el minero F2Pool emuló a Satoshi escribiendo “With $2.3T Injection, Fed's Plan Far Exceeds 2008 Rescue”, criticando el plan de estímulo del banco central estadounidense, la Fed, por fabricar 2.3 trillones de dólares de la nada. O cuando en Coinbase, un mercado de compra y venta de criptomonedas, el 10 de marzo de 2021 se parafrasea un artículo del New York Times de esa misma fecha sobre la aprobación de otro rescate monetario de 1.9 trillones de dólares por parte de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos (EEUU).
Mediante estos mensajes, las personas hacen sentir su desconfianza sobre cómo está estructurado el sistema bancario tradicional y el rol de “prestamista de última instancia” que juegan los bancos centrales. En particular, dado el tremendo incremento de la oferta monetaria del Reino Unido y de los EEUU, los inversionistas esperan una mayor inflación en estas economías [1] y una posterior devaluación de la libra esterlina y el dólar estadounidense frente a Bitcoin y otras criptomonedas como Ethereum. La discrecionalidad para cambiar la oferta de dinero beneficia a las criptomonedas en el largo plazo, ya que su oferta monetaria es fija y no depende de las decisiones humanas; se basa en matemática y criptografía.
Para entender lo anterior, entendamos cómo funciona Bitcoin y, por ende, muchas otras criptomonedas que utilizan esta tecnología la cual es de código abierto y disponible para todo el mundo. Satoshi no las regaló para cambiar el modo en que funciona el sistema financiero. Bitcoin es una moneda virtual que se basa en criptografía y fue creada para que sea un sistema de pagos descentralizado, rápido y accesible para todos [2]. Este sistema es mantenido por los usuarios de Bitcoin y no necesita un intermediario para validar los pagos digitales. Es decir, pasamos de un sistema centralizado a uno descentralizado. En el sistema tradicional, cada vez que haces una compra por internet o le transfieres dinero a alguien, al final del día confiamos en que el banco verifique que hay fondos disponibles para hacer la transacción y que las cuentas bancarias existan. En lugar de que el banco sea el encargado de registrar las transacciones y verificar que la información sea correcta, todos los usuarios de la red de Bitcoin tienen acceso al registro de las transacciones y pueden verificarlas. Estamos hablando de millones de usuarios anónimos. Si el 51% de los usuarios aseguran que la información es correcta, entonces se da por válida la transacción. De esta manera, no se necesita de un intermediario financiero ni gobierno, por lo tanto no te pueden forzar a hacer un pago por ese servicio de validación. Visa o Mastercard te cobran por este servicio.
Blockchain es el registro de datos que contiene todas las transacciones de los Bitcoins, con dirección de origen, dirección de destino, monto de la transferencia, firma, fecha y hora en que se firmó y publicó la transacción. Este registro de datos, sí, es administrado por los usuarios de Bitcoin. Justamente, se llama cadena de bloques porque el registro de datos se actualiza cada 10 minutos, en bloques de 1 MB (megabyte). Hay que señalar que las transacciones de Bitcoin son irreversibles, es decir, si te equivocaste en mandar Bitcoins a la persona incorrecta pues los perdiste para siempre. Al proceso de actualización de las cadenas de bloques se llama minería y es la manera en que se crean nuevos Bitcoins hasta alcanzar una oferta monetaria de 21 millones. Aquí está, quizás, la diferencia más importante con los bancos centrales pues no hay sorpresas monetarias, ya que la oferta es fija e inmutable.
Con el paso del tiempo aumentó la demanda por Bitcoin y, esencialmente, por esta tecnología. Como resultado, Bitcoin se centralizó parcialmente (aunque de forma anónima), se volvió lento y aumentó su costo de transacción debido a que el volumen de transacciones superaba la capacidad de almacenamiento de 1MB [3]. Bitcoin fue incapaz de manejar la ingente cantidad de transacciones de la red de forma óptima. Su capacidad de manejar entre 7 a 8 transacciones por segundo se mostró insuficiente para las necesidades de la red. En el 2017, cuando Bitcoin experimenta su burbuja más famosa (no fue la primera y ocurrirán algunas más), subconjuntos de la red optan por solucionar estos problemas creando sus propios “Bitcoins”, que es lo que se conoce como bifurcaciones o forks. Cada vez que Bitcoin se parte, aumentan las fluctuaciones de los precios de las criptomonedas ahuyentando a los especuladores pero no a los inversionistas de largo plazo quienes son los que entienden las bondades de esta tecnología [4].
A pesar de estos problemas, las criptomonedas han adquirido popularidad a medida que la gente entiende sus beneficios. Por ejemplo, las criptomonedas son un sistema de pago que fusiona una variedad de pagos tradicionales y redes digitales. La red Perú necesita del banco central peruano y del dinero fiduciario llamado Nuevo Sol; la red Chile necesita del banco central chileno y del token llamado Peso Chile; o la red Europa necesita del banco central europeo y del dinero digital llamado Euro. En Europa, la digitalización del Euro es cada vez mayor por lo que no se necesita dinero en efectivo para hacer transacciones, aunque todavía depende de una sola institución con discrecionalidad para mover la oferta monetaria. Adicionalmente, para salir de la red Europa y entrar a la red Perú hay que cambiar de token, surge la idea del tipo de cambio.
Pero, ¿qué pasaría si puedes utilizar el mismo token para hacer transacciones en cualquier parte del mundo? ¿Y si este token es escaso y aumenta de valor en el tiempo? Facebook quería lograr esto en el 2019 a través de Libra, su criptomoneda, la cual fue vetada por los reguladores europeos y estadounidenses. Ethereum, la segunda criptomoneda más importante, nos está respondiendo estas preguntas en tiempo real. En el futuro cercano, sobre todo después de su actualización Altair chain del 27 de octubre del presente año, Ethereum podrá alcanzar lo que Satoshi no pudo con Bitcoin. Altair chain hará de Ethereum más rápido, barato y descentralizado.
Lo que nos enseña la historia es que la mayoría de las monedas fiduciarias no han terminado bien debido a la sobre emisión, devaluación, sobre endeudamiento de los bancos por la falta de una adecuada regulación financiera y por la falta de independencia del gobierno central. Si un gobierno gasta más de lo que recauda por impuestos, se endeuda (impuestos futuros) o crea el impuesto inflación. Inclusive ha habido casos de confiscación de ahorros privados. En el 2013, el ministro de finanzas holandés Jeroen Dijsselbloem dijo que el régimen de confiscación de depósitos de Chipre sería el modelo para los futuros rescates de los bancos europeos. Más recientemente, entre 2016 y 2020, Banca Popolare, uno de los bancos más importantes de Italia, tuvo problemas para cumplir con sus ahorristas. Durante ese periodo, el gobierno italiano creó un impuesto a los ahorros; otra manera de confiscación. El mantra de la confiscación se ha repetido en Latinoamérica como eso, un mantra, en países como Ecuador, Argentina y Venezuela, por mencionar algunos. Ni que decir de Perú entre los años 1985 y 1990.
Finalmente, hay que señalar que en el sistema bancario tradicional, para los bancos no es rentable que todos los habitantes de un país tengan una cuenta bancaria por lo que se quedan con los más rentables a través de una serie de requisitos. La falta de inclusión financiera no es un “error” del sistema financiero tradicional. Es un resultado directo de la arquitectura regulatoria y las políticas de intermediación. Blockchain significa quitarle el poder a los bancos, a un mercado concentrado y jerarquizado, y darle poder a los históricamente marginados. Y como a nadie le gusta perder el poder, pues los bancos centrales y los bancos fueron y serán los primeros opositores a las criptomonedas, aunque solo retrasan lo inevitable.
Referencias
[1] Matkovskyy, R., y Jalan, A. (2021). Can Bitcoin Be an Inflation Hedge? Evidence from a Quantile-on-Quantile Model. Revue Économique, 72(5), 785–798.
[2] Antonopoulos, A. M. (2017). Mastering Bitcoin: Programming the Open Blockchain. 2nd Edition. O'Reilly Media, Inc., 187-207.
[3] Bazán-Palomino, W. (2020). Bitcoin and its offspring: a volatility risk approach. In Advanced Studies of Financial Technologies and Cryptocurrency Markets (pp. 233-256). Springer, Singapore.
[4] Bazán-Palomino, W. (2021). How are Bitcoin forks related to Bitcoin?. Finance Research Letters, 40, 101723.
Lee el boletín Punto de Equilibrio n°20: Los pasivos que deja el 2021.
Foto: Andina
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