Columna de opinión de la investigadora del CIUP y vicerrectora de investigación, Arlette Beltrán, publicado en el Espacio de Reflexión del boletín Punto de Equilibrio n°27.
El siguiente artículo se realiza a título personal y no refleja necesariamente la opinión institucional de la Universidad del Pacífico.
Durante el 2020, la economía peruana se vio severamente golpeada por la crisis sanitaria de la COVID-19, convirtiéndose en uno de los shocks negativos más fuertes que hemos enfrentado en los últimos 40 años. La caída del PBI en 11%, que sufrió el Perú en el 2020 de acuerdo con las estimaciones del BCRP, afectó duramente al mercado laboral peruano, aunque no necesariamente a todos con la misma fuerza. Si bien el 2021 ya se observa una recuperación en el empleo, y en la economía en general, los ritmos de esta no fueron parejos entre personas de distinto sexo. Interesa, por eso, ver cómo se movieron estos años las brechas económicas entre hombres y mujeres.
Al analizar, en primer lugar, la brecha salarial en términos porcentuales, vemos que durante el 2020 esta se redujo a 20% (luego de ser casi 28% en el 2019). No obstante, en el 2021 ha vuelto a los niveles prepandemia (Gráfico 1). Esta evolución se explica porque, mientras para los hombres el ingreso promedio mensual cayó drásticamente en el 2020 (en 15%) pero aumentó el año pasado en 7%, la caída continúa para las mujeres desde el 2019, alcanzando una reducción total en los dos años de 9%. Asimismo, si analizamos la brecha ajustada, que solo compara personas con características similares, realizando las mismas labores en ocupaciones del mismo nivel, veremos un comportamiento distinto, con una diferencia que sigue creciendo entre hombres y mujeres desde el 2019 y que se sitúa finalmente en un 18% en el 2021. Recordemos que la mencionada brecha ajustada es un reflejo de variables que explican las diferencias salariales entre hombres y mujeres, pero que no tienen que ver con su educación, experiencia laboral o funciones a desempeñar, sino que se asocian con aspectos no observados, entre los cuales puede haber factores discriminatorios y de autoselección.
Gráfico 1
Fuente: Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI).
Elaboración propia.
Es necesario tener en cuenta las características del empleo, y las diferencias de género de este, para poder comprender el comportamiento de la brecha salarial. En primer lugar, se observa que el empleo femenino se ve caracterizado por tasas de informalidad mayores a los de su contraparte masculina (Gráfico 2). No obstante, la informalidad entre los hombres creció relativamente más en el 2020 que en el caso de las mujeres, lo que puede en parte explicar la mayor caída de los salarios masculinos ese primer año de pandemia, y que derivó en una momentánea reducción de la brecha. Ya en el 2021, la condición de informalidad se estabiliza relativamente para los hombres y sigue en aumento para las mujeres, por lo que la diferencia entre ellos en tal condición se ha acercado a la que se observaba antes de la crisis sanitaria.
Gráfico 2
Fuente: Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI).
Elaboración propia.
Al mismo tiempo, cuando analizamos los sectores con caídas más pronunciadas del empleo en el 2020, podemos concluir que fueron aquellos de mayor participación masculina (construcción, transporte, pesca y minería). Son también ellos los que han venido recuperándose con mayor dinamismo respecto a esa variable en el 2021 (Gráfico 3). Esta situación puede entonces explicar la mayor reducción de ingresos en la población masculina durante el 2020, pero su más importante recuperación el año siguiente. En definitiva, los sectores con predominancia masculina sufrieron un mayor castigo durante el primer año de la crisis de la COVID-19; sin embargo, este efecto se disipó más rápido que para los sectores con mayor participación femenina.
Gráfico 3
Fuente: Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI). APOYO Consultoría.
Elaboración propia.
Al revisar los niveles de empleo y horas trabajadas por género, observamos un ritmo de reincorporación similar para hombres y mujeres, acercándose en ambos casos a los niveles prepandemia, por lo que la brecha entre ellos se ha mantenido estable. Pero hay que tener en cuenta que, a pesar de esta reincorporación, las mujeres podrían haber regresado a puestos laborales con peores condiciones (incluso solo de tiempo parcial) y menos beneficios. Higa, Ospino, y Aragón (2021) encuentran efectos heterogéneos en el impacto de la pandemia en tales condiciones. En particular, las trabajadoras han sufrido una mayor penalización en ingresos y beneficios, especialmente si tienen hijos pequeños o en edad escolar. Asimismo, hacen referencia a una posible relocalización del trabajo del hogar, donde las mujeres reducen su oferta de horas laborales para dedicarse al cuidado y la educación de los niños. Ello es especialmente cierto en el caso peruano en donde las escuelas permanecieron cerradas prácticamente dos años y aún no se han reabierto en su totalidad.
Gráfico 4
Fuente: Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI).
Elaboración propia.
En ese mismo sentido, cabe recordar la carga adicional que las mujeres enfrentan por el trabajo doméstico. Beltrán y Lavado (2014) estimaron la división en las tareas del hogar por género para el 2010, hallando que los hombres contribuían con una menor proporción de su tiempo semanal disponible (23,5%) comparado con su contraparte femenina (47,8%). Aplicándolo al contexto en pandemia, IPSOS encontró, a través de una encuesta del uso del tiempo aplicada durante el confinamiento, una diferencia de 19 puntos porcentuales entre hombres y mujeres respecto a la proporción de tiempo dedicada a las tareas del hogar (Gráfico 5). No es sorprendente que, ante la mayor carga que en esos momentos se produjo por el home schooling y la necesidad de atender a un mayor número de familiares enfermos, haya sido la mujer quien se llevó la peor parte. Ello además ha hecho más difícil su reinserción en el mercado laboral en condiciones similares que las de sus pares hombres.
Gráfico 5
Fuente: IPSOS
Elaboración propia.
Tomando en cuenta lo previamente discutido, se podría asumir que la brecha en la recuperación económica pospandemia no ha significado una mayor diferencia de la que ya existía en el nivel agregado de empleo entre hombres y mujeres, pero sí en las condiciones y calidades de los trabajos a los que ellos y ellas pueden acceder. Esto se ha visto reflejado en una ampliación de la brecha salarial en el último año que probablemente se demore un tiempo importante en volver a retomar el ritmo decreciente que venía mostrando antes del 2020.
Frente a estas conclusiones, se debe destacar la importancia de atender las necesidades de las mujeres trabajadores a fin de facilitar su regreso al mercado laboral, así como mejorar la situación deficiente en la que se venían desempeñando incluso antes de la COVID-19. La primera tarea del Estado es entregar los servicios educativos y de salud que sean necesarios, de manera adecuada y pertinente, y dejar de descansar en el trabajo no remunerado de las mujeres para satisfacer las necesidades de la población que el aparato público no es capaz de atender. La segunda tarea fundamental tiene que cumplirla la sociedad como un todo, y se refiere a la eliminación de los estereotipos de género de acuerdo con los cuales la mujer es la principal responsable de las tareas domésticas; una distribución más equitativa de estas tareas entre todos los miembros de la familia, independientemente de su sexo, ayudaría notablemente a reducir la pobreza de tiempo que desde siempre enfrentan las mujeres en el mundo entero y, específicamente, en nuestro país.
Referencias bibliográficas:
Banco Central de la Reserva del Perú (2021) Base de datos de estadísticas del BCRP.
Beltrán, B., A., & Lavado, P. (2014). “El impacto del uso del tiempo de las mujeres en el Perú: Un recurso escaso y poco valorado en la economía nacional”. Universidad del Pacífico, Centro de Investigación. Recuperado de http://hdl.handle.net/11354/967
Higa, M., Ospino, C., & Aragon, F. (2021). "The persistent effects of COVID-19 on labor outcomes: evidence from Peru". Discussion Papers, dp21-10, Department of Economics, Simon Fraser University.
Instituto Nacional de Estadística e informática (2006-2021). Encuesta Nacional de Hogares (ENAHO).
IPSOS Perú. (2021). Encuesta de opinión- Cuarentena COVID-19. Situación personal durante el estado de cuarentena. Recuperado de https://www.ipsos.com/es-pe/encuesta-de-opinion-cuarentena-covid-19
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