Políticas educativas Educación básica

Educación al 2023: autonomía escolar para superar la brecha que dejó la pandemia, por Juan Francisco Castro

19 diciembre, 2022

Columna de opinión del investigador del CIUP, Juan Francisco Castro.

En marzo de 2023 se cumplirían dos años desde que nuestro país “cerró” para hacer frente a la pandemia. No solo cerramos nuestras fronteras, también se paralizaron actividades y sectores clave, entre ellos, la educación. En retrospectiva, es evidente que no estábamos preparados para implementar un sistema educativo de clases virtuales debido a factores como la brecha de infraestructura en telecomunicaciones o el acceso desigual a equipos apropiados. Sin embargo, lo verdaderamente importante ahora es que seamos capaces de identificar y medir el impacto de la virtualidad en la educación escolar peruana y ensayar algunas propuestas que nos permitan recuperar el tiempo perdido. 

Con el retorno a la presencialidad, en marzo de este año, hemos podido identificar un “doble impacto” que han experimentado los estudiantes escolares por la virtualidad. Primero, la pérdida de aprendizajes y conocimientos. Segundo, la afectación en las habilidades socioemocionales de los alumnos, ocasionando que estos atraviesen dificultades para reconectarse con sus compañeros y maestros. Este impacto no está siendo correctamente dimensionado y atendido por el Minedu.

En cuanto al aspecto socioemocional, es clave el acompañamiento y soporte por parte de los profesores y psicólogos escolares. Sin embargo, resulta alarmante que, más del 80% de colegios no cuenten con un psicólogo [1] aun cuando la Ley n.° 29719 establece, como mínimo, la designación de un psicólogo por colegio. 

La pérdida de aprendizajes y conocimientos es una realidad en la medida en que el servicio educativo estuvo prácticamente suspendido para muchos estudiantes. Esta pérdida no se limita a los conocimientos y habilidades que se dejaron de desarrollar durante la pandemia, sino que abarca también las dificultades que enfrentarán los docentes para construir aprendizajes sobre una base precaria. Conforme pasa el tiempo, las pérdidas pueden ir creciendo como una bola de nieve mientras rueda cuesta abajo.

Para recuperar lo perdido e iniciar un proceso de readaptación, es clave que los esfuerzos puedan partir desde cada escuela, de manera independiente. En este proceso se debe tener en cuenta la enorme heterogeneidad de realidades, contextos y niveles de aprendizajes que tiene cada alumno y cada escuela. 

Desde el nivel central se puede facilitar este proceso. Para esto, se propone contar con equipos de especialistas y docentes experimentados que acompañen a directores y maestros en el proceso de evaluar los conocimientos de sus estudiantes y tomar acciones concretas para remediar y cubrir los aprendizajes faltantes. Debido a que es difícil lanzar una política como esta a gran escala, se puede empezar con un piloto y evaluar sus resultados con un diseño experimental. Si los resultados son positivos, la evidencia ayudará a movilizar más recursos y voluntades para incrementar la escala.

Además, la experiencia recogida desde cada escuela y sistematizada a nivel central contribuirá a la generación de una bitácora de buenas prácticas o lecciones aprendidas que, eventualmente, pueda ser compartida con otros colegios con características similares. 

Finalmente, esta estrategia contribuirá al fortalecimiento de las escuelas y comunidades, dándoles autonomía para ajustar los contenidos educativos a sus propios contextos.

[1] La República. Perú necesita 300 mil psicólogos, pero solo hay 100 mil. Visto en: https://larepublica.pe/sociedad/2022/10/17/salud-mental-en-crisis-peru-necesita-300-mil-psicologos-pero-solo-hay-100-mil-minsa-depresion-colegio-de-psicologos-aislamiento-social/

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