Uno de los sectores más golpeados durante el 2022 ha sido la economía, ya sea por factores internacionales como el encarecimiento de los combustibles o locales como la crisis política y social que atravesamos. En ese sentido, conversamos con Carlos Casas, profesor principal del Departamento Académico de Economía e investigador del CIUP, para analizar el 2022 de la economía peruana, y esbozar una proyección del 2023.
¿Cómo ha afectado la baja expectativa empresarial a nuestra economía durante el 2022? ¿Cuál es la expectativa de cara al 2023?
Ha sido determinante. Después de un primer semestre relativamente bueno, el aumento de la incertidumbre política no ayudó a mejorar las expectativas empresariales lo que ralentiza la evolución de la economía porque las decisiones de inversión se posponen y el consumo se vuelve más timorato. Ello golpea a la economía de manera significativa porque entre los dos componentes suman el 80% del PBI.
Lamentablemente los últimos sucesos aumentan el grado de incertidumbre en la economía. No sabemos cómo acabará esta crisis por lo que el resultado es de difícil pronóstico. Si la situación se mantiene similar las perspectivas pueden deteriorarse. Sin embargo, cabe la posibilidad de una mejora relativa pero por debajo del potencial de la economía peruana. Podemos decir que vamos a tener un crecimiento deficiente el próximo año.
¿Cuáles son los sectores que se han visto más afectados por el escenario local e internacional que atravesamos? ¿Cuáles son los que se han visto más beneficiados?
Los sectores minero, de servicios financieros, pesca y construcción son los que más se han visto afectados debido a la menor actividad económica. Los conflictos sociales han tenido un impacto muy fuerte en los sectores extractivos. En los demás casos vemos que el menor crecimiento de la inversión y el consumo los afectan directamente. Construcción ha venido deteriorándose debido a una menor ejecución de la inversión pública y el encarecimiento del crédito debido a las medidas del banco central.
Los sectores que se han visto beneficiados durante el año 2022 son el de servicios Por el lado positivo tenemos que los sectores que han crecido considerablemente son alojamiento y restaurantes, transportes y otros servicios. Estos sectores han recibido el impacto de la reactivación de la economía y el cambio de la matriz productiva originada por el COVID.
En septiembre se desaceleró la creación del empleo formal (creció en 5%, según el BCRP), la más baja en 17 meses. Considerando que, en promedio, la informalidad en el Perú alcanza cerca del 76%, ¿este pobre crecimiento del empleo formal impactará en nuestra economía? ¿cómo?
En general, si el nivel de informalidad en el sector laboral es elevado, ello implica que los niveles de productividad son bajos debido a que las unidades productivas informales están poco capitalizadas. Ello nos condena, en el mediano plazo, a crecimientos mediocres y magros incrementos de ingresos de las personas.
Durante el 2022, el sol peruano se ha depreciado notablemente, ¿cuál es la expectativa de cara al 2023?
En general ello dependerá de la evolución de la inflación a nivel internacional. Mayores incrementos de la tasa de interés en Estados Unidos llevarán a una mayor demanda por los activos financieros que se emiten en ese país ocasionando la salida de capitales de otros países lo que ocasiona un incremento de la demanda por dólares en los distintos países por lo que aumenta el precio del mismo. En general se espera que la inflación empiece a ceder el próximo año lo que implicaría que la demanda de dólares se estabilice y el precio del dólar no se incremente considerablemente.
En relación a la pregunta anterior, además de lo que ya viene implementando el BCRP, ¿qué otras acciones podrían implementarse en el corto plazo?
En el corto plazo el incremento de la tasa de interés es la única herramienta que tenemos para contener la inflación. Ello tiene un impacto sobre el crecimiento en el corto plazo pero una vez controlada la inflación se sientan las bases para retomar el crecimiento lo que debe ir acompañado de un reducción de la inestabilidad política.
¿Cuál es el panorama económico para el 2023?
En general es una gran incógnita donde la palabra incertidumbre será una constante. Esta, si no se reduce, nos condenará a un crecimiento mediocre para el 2023 que podría revisarse a la baja si es que la situación política no mejora.
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