Esta entrevista al subdirector del Centro de Estudios sobre China y Asia-Pacífico (CECHAP), José Carlos Feliciano, sobre la situación demográfica en China, Japón y Corea del Sur, fue realizada para el boletín Punto de Equilibrio n°36.
El gobierno chino informó recientemente que 9,56 millones de personas nacieron en este país en 2022, mientras que 10,41 millones de personas murieron. Es la primera vez que las muertes superan en número a los nacimientos en China desde el Gran Salto Adelante, en la década de 1960. ¿Qué significa esto para el Gigante asiático a nivel económico? ¿Cómo enfrentará que un día no tenga no tendrá suficientes personas en edad de trabajar para impulsar su crecimiento?
A nivel económico constituye un gran reto dado que China necesita mantener tasas importantes de crecimiento anual para alcanzar los objetivos de convertirse en una “potencia socialista moderna” al 2035, lo cual implica duplicar el tamaño del PBI del 2020, y a su vez convertirse también en una nación desarrollada hacia el año 2049, año del Centenario de la República Popular China. Al respecto, se han llevado a cabo diversas políticas para incrementar la tasa de natalidad como, por ejemplo, la eliminación de la “política del hijo único” o brindar incentivos económicos a las familias jóvenes. Sin embargo, estas medidas no han tenido éxito debido a diversos factores como el poco interés, el cambio de paradigma en la juventud, el retraso en la edad de matrimonio y/o el alto costo de vida en ciudades chinas, lo cual desmotiva principalmente a los jóvenes a comenzar una familia. Además, la pandemia y la perspectiva de un crecimiento ralentizado de la economía china son también factores que han influido en la decisión de las personas de no tener hijos.
La baja tasa de natalidad, aunada al envejecimiento de la población (al 2022, cerca de 280 millones de chinos tiene 60 años o más), generará una presión sin precedentes a la fuerza laboral china, a su sistema de salud y a otros ámbitos de la seguridad social.
China se verá en la obligación de explorar políticas ligadas a ampliar la edad de retiro, que actualmente es 60 para los hombres y 55 para las mujeres y a aplicar políticas de gobierno orientadas a aumentar la productividad teniendo como base, la educación, la capacitación de sus trabajadores, la innovación y la tecnología.
Siendo la segunda economía y una de las mayores potencias del mundo, ¿qué significa que dejemos de verla como un país joven, en constante crecimiento, y pronto sea visto como una nación "vieja" con una población en disminución?
Al respecto, al 2050 se calcula que cerca del 40% de la población china superará la edad de retiro. En ese contexto, se creará desde luego un gran reto demográfico para la economía china pero que también podría traer oportunidades para países como el Perú. Los sectores ligados a servicios de salud, alimentación, viajes y turismo crecerán debido al incremento natural de este mercado en estas décadas, y la “economía plateada” de China será un driver importante de posibilidades para los socios comerciales del gigante asiático.
¿Qué es lo indican los estudios poblacionales para casos como los de Japón y Corea del Sur?
En el caso de Japón, la población ha venido disminuyendo desde ya hace varios años, de seguir esta tendencia se espera que hacia el 2065, la población del país se reduzca en cerca de 30% (de 125 millones a 88 millones de japoneses). Es importante estudiar el caso del Japón dado que es el escenario futuro de muchos países, y los aciertos y errores de sus políticas de incentivo al crecimiento demográfico servirán como lecciones aprendidas. Corea del Sur tampoco es ajeno a este fenómeno y presenta inclusive las tasas de fertilidad más bajas del mundo, por lo que de seguir este camino, su población se reducirá de 52 millones a 38 millones hacia el año 2070. En ambos casos se deben realizar cambios estructurales para intentar resolver el reto demográfico, no basta con los incentivos económicos, se debe tener una reformar en el ámbito laboral, cultural y por qué no, explorar la posibilidad de recibir migración planificada que pueda contribuir a la productividad y al incremento de las tasas de natalidad en los países.
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