La investigación realizada por la investigadora afiliada al CIUP María Amparo Cruz Saco, la asistente de investigación Mirian Gil, y el investigador Carmelo Mesa-Lago sobre la base de las encuestas de hogares de 17 países de la región. En 12 de estos se encontró que la cobertura de pensiones está por debajo del 50%, y se observó que la mayoría de los trabajadores desprotegidos son mujeres de zonas rurales con bajos niveles de empleo y educación.
El equipo conformado por la investigadora afiliada al CIUP María Amparo Cruz Saco, la asistente de investigación Mirian Gil y el investigador Carmelo Mesa-Lago analizó la cobertura de pensiones contributivas de la Población Económicamente Activa (PEA) y la cobertura de pensiones contributivas y no contributivas de los adultos mayores (en los sistemas de pensiones públicos y privados). Para ello utilizaron las encuestas de hogares en 17 países de América Latina en el periodo de 2009 a 2018. Los hallazgos de esta encuesta fueron plasmados en el paper Pension coverage in Latin America: Trends and inequalities.
La primera conclusión del estudio se refiere a la baja cobertura contributiva en 12 de los 17 países analizados. Encontraron que, para estos casos, la cobertura estaba por debajo del 50% de la PEA. Mientras que, para el resto, la cobertura que reciben los adultos mayores se encontraba por debajo del 50%.
Asimismo, observaron una cobertura muy desigual de la PEA. Durante el periodo, hubo un aumento en relación con los hombres, las zonas urbanas, las grandes empresas, los mayores niveles de ingresos y la educación. Mientras tanto, la mayoría de los trabajadores desprotegidos son mujeres, aquellos que laboran en zonas rurales, en pequeñas empresas y quienes tienen bajos niveles de ingresos y de educación.
Cobertura desigual en distintos niveles
El estudio evidenció la desventaja en la que se encuentran las mujeres, ya que en 2018, la cobertura de mujeres en la PEA fue menor que la de los hombres en 12 de los 17 países. Mientras que para las adultas mayores fue menor en 13 países.
Sin embargo, los investigadores afirmaron que las pensiones no contributivas o sociales suelen beneficiar más a las mujeres. Así, durante el 2009 y 2018, las pensiones sociales aumentaron la cobertura de la PEA femenina en 12 países y la cobertura de las adultas mayores en 14 países.
Por otro lado, las encuestas evidenciaron que la cobertura de la PEA, la cobertura de adultos mayores y las brechas de desigualdad parecen no estar relacionadas con el tipo de sistema de pensiones (público o privado). Solo basta ver el grupo con alta cobertura de la PEA y el grupo con baja cobertura: en ambos figuran países con sistemas de pensiones públicos o privados.
El estudio demostró, a su vez, la importancia que tienen las pensiones sociales. Ya que, gracias a la introducción o expansión de las mismas, entre 2009 y 2018, la cobertura de la PEA y de los adultos mayores aumentó en 12 países, especialmente entre los adultos mayores. Como consecuencia de estas pensiones sociales, la cobertura según género durante la vejez es menos desigual que la cobertura de la PEA.
Donde se encontró menor desigualdad en cobertura fue en los países más desarrollados de la región. Los investigadores precisaron que el nivel de desarrollo de un país tiene una relación positiva con la cobertura de la PEA. Además, los países menos desarrollados sufren las peores desigualdades.
El sector informal, por otro lado, está inversamente relacionado con la cobertura de la PEA y con la cobertura de los trabajadores independientes. A pesar de ello, los investigadores encontraron que la afiliación obligatoria de estos últimos tiende a incrementar la cobertura de la PEA.
Recomendaciones finales
A raíz del estudio, los investigadores coincidieron en la importancia de ampliar las pensiones sociales. Esto para acortar la desigualdad y la baja cobertura contributiva. Asimismo, consideraron que resulta clave brindar incentivos para que las mujeres aumenten su cobertura contributiva, por ejemplo, a través de un bono o un año adicional de contribución por cada hijo.
Sugirieron, también, establecer la cobertura obligatoria de los trabajadores agrícolas e implementar pensiones rurales. Asimismo, exigir y facilitar la afiliación obligatoria de los trabajadores independientes, y subsidiar o establecer un fondo de solidaridad para los trabajadores de bajos ingresos.
Finalmente, los investigadores concluyeron que la cobertura depende de las características estructurales del mercado laboral y de las intervenciones de política pública. Resaltaron, además, que la cobertura de pensiones es el reflejo del nivel de desarrollo económico y social de los países analizados en América Latina.
*Foto: Andina
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