“Ningún país con el nivel de inestabilidad del Perú ha podido progresar y darles bienestar a todos sus habitantes”, argumenta el investigador del CIUP, Carlos Parodi, en una conversación para el boletín Punto de Equilibrio n°34.
¿Cómo definirías (y diferenciarías) crecimiento económico y bienestar? ¿En qué se diferencian ambos conceptos?
El crecimiento económico significa producir más bienes y servicios; por ejemplo, producir más manzanas, más laptops o más cortes de pelo. Pero el bienestar se vincula con el desarrollo, lo que significa aumentar la calidad de vida de las personas. Desde luego que los dos conceptos están conectados entre sí, pero no necesariamente, ni de manera automática el crecimiento va a generar desarrollo o bienestar. Esto quiere decir que se necesita crecer, pero además se requiere de otras tareas para lograr el desarrollo. Puesto de otra manera, a modo de ejemplo, el crecimiento es el equivalente de los cimientos de una casa y la casa que se construye encima es el desarrollo. Quiere decir que puedes tener buenos cimientos, pero no construir la casa, en cuyo caso no llegas al desarrollo.
¿El boom económico de los últimos años generó bienestar?
En realidad, muy poco. El boom económico ha favorecido a un grupo, no a todos en la misma proporción. Para que el crecimiento beneficie a todos, el Estado debe mejorar la educación, la salud, las viviendas, la infraestructura, etc. Y para hacerlo, necesita la recaudación tributaria de aquellos que pagamos impuestos. Si bien es cierto, el crecimiento ha creado bienestar, pero no ha sido para todos. Hay gran parte de la gente en el Perú que está olvidada o excluida, por lo tanto, lo que se necesita es un mejor Estado a nivel central, regional y municipal para llevar ese bienestar a las personas más necesitadas.
¿Cuáles deberían ser las medidas necesarias que deben tomar los actores involucrados para que todas las personas en Perú alcancen el bienestar?
El esfuerzo de sacar al país adelante es un esfuerzo de todos los ciudadanos. Aquellos que hemos nacido en una familia que nos ha brindado las condiciones para tener una buena educación, una buena salud y un buen empleo debemos cumplir con el pago de impuestos y ser solidarios con aquellos que lo necesitan. Dicho esto, una vez que pagamos los impuestos el Estado es el que se encarga, vía gobiernos regionales, municipales y central, de llegar a todos para lograr la igualdad de oportunidades. Pero si uno mira los números encuentra que en el año 2022 los gobiernos regionales que son responsables de la mayoría de la inversión pública en el Perú casi no han logrado gastar la mitad de los recursos que tenían. Bajo esas condiciones es imposible que las cosas progresen. Requerimos de un mejor estado que realmente vea por la gente más necesitada.
El índice de desigualdad en el Perú es uno de los más altos de la región. ¿Consideras que esto impacta en el descontento de la ciudadanía?
El gran problema con los índices de desigualdad es que solamente miden la desigualdad de ingresos de la población y la desigualdad en el Perú no solo es de ingresos. Hay también una desigualdad de acceso a servicios básicos, de acceso a instituciones estatales, a educación, a servicios de salud, etc. Entonces, eso va creando una suerte de caldo de cultivo para las personas que ven a los gobiernos pasar y no hacer nada por ellos. Lo cierto es que la desigualdad siempre va a existir, unos van a tener más que otros porque muchas veces depende de otros factores, pero lo que no se puede permitir es que haya pobreza. Tenemos que asegurar que todos satisfagan sus necesidades básicas en igualdad de condiciones
Los años de crecimiento económico se vieron frenados por diferentes factores externos. A pesar de haber sido meses convulsionados internacionalmente y a nivel local ¿cómo creció la economía el último año?
La economía peruana el año pasado ha crecido aproximadamente 2.6%, aún falta la cifra de diciembre para cerrar el año. Esta es una cifra muy baja que no alcanza para crear empleo y se explica por varios factores. Uno de ellos tiene que ver con la economía mundial que depende de China, EE. UU. y la Eurozona como principales actores. Ellos han crecido poquísimo y como consecuencia de ello, la economía peruana también lo ha hecho. No olvidemos que la economía peruana solamente produce el 0.3% de lo que hace la economía mundial. Esto significa en simple lo siguiente, imaginemos que la economía mundial es un tren, las locomotoras son China, Estados Unidos y la Eurozona, y Perú es un vagón. Para que Perú se mueva se necesita que se muevan las locomotoras. Desgraciadamente, en 2023 tampoco se van a mover mucho, entonces tenemos dificultades por ese lado.
El segundo factor tiene que ver con un crecimiento de la inversión privada en Perú en 2022 de 0%. La inversión es clave para crecer porque para que alguien tenga un empleo, alguien tiene que contratarlo. Lo que tiene que pasar es que la inversión privada, las empresas chiquitas, medianas y grandes tienen que comenzar a invertir más. Por su lado, la inversión depende de la venta. Pero si vemos que la situación está condicionada o es incierta, entonces es preferible esperar y al esperar, el empleo no crece. Ese es otro factor que influye sobre el bienestar. No conozco ningún país que o el nivel de inestabilidad de Perú, con seis presidentes en seis años, que haya podido progresar y darles bienestar a todos sus habitantes.
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