El Perú es ampliamente considerado como un sistema político carente de partidos, donde la volatilidad política y electoral es la norma. Sin embargo, el país no es impredecible. Aunque los protagonistas cambien, existe un patrón de votación predecible estructurado en torno a clivajes socioeconómicos, étnicos y territoriales que favorecen a líderes populistas, quienes en numerosas ocasiones han alcanzado el poder. Este artículo examina las coaliciones electorales de los líderes populistas en el Perú y demuestra que se basan principalmente en votantes de la periferia del país. El populismo atrae a estos electores mediante narrativas que reivindican la periferia como el lugar donde reside la identidad nacional, a la vez que retratan a las élites de las regiones centrales como sus victimarias. Incluso en ausencia de partidos políticos que estructuren la competencia electoral, este clivaje ha sido repetidamente activado por distintos líderes populistas, otorgando cierto grado de previsibilidad a la política peruana. El artículo realiza dos aportes: por un lado, a la literatura sobre representación política; por otro, al estudio del populismo en el Perú. En primer lugar, muestra que pueden existir clivajes sociales politizados incluso en ausencia de partidos políticos estables que los representen. Los clivajes latentes pueden ser activados por diferentes partidos que compartan apelaciones similares, en este caso, populistas. En segundo lugar, examina las características que adopta el populismo y “el pueblo” en el Perú: un fenómeno arraigado en la periferia del país y en su antagonismo con el centro.
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