Estudio “Out-of-pocket spending and financial equity in the access to medicines in Latin America: Trends and challenges: 2010-2020”, de Rafael Cortez.
Tras el decreto de urgencia que exigía un 30 % de medicamentos genéricos en los establecimientos de salud privados, el Ministerio de Salud (Minsa) amplió el listado de fármacos que podrán ser ofertados, pasando de 40 a un total de 434. Rafael Cortez, investigador del Centro de Investigación de la Universidad del Pacífico (CIUP), analizó si estas medidas son suficientes para contrarrestar el alto costo que representa para el peruano la compra de medicamentos.
Con el objetivo de garantizar un mejor acceso a medicamentos a nivel nacional, de acuerdo con el Decreto de Urgencia N.° 005-2024, el Estado amplió el listado de fármacos a ofertarse en los establecimientos de salud, pasando de 40 a tener que distribuirse 434 medicamentos por obligatoriedad.
No obstante, a pesar de esta medida, contenida en la Resolución Ministerial N.° 220-2023, la adquisición de medicamentos continúa siendo uno de los gastos bolsillo más fuertes para el usuario de a pie, llegando a representar al menos un tercio de los gastos totales de las familias en la región, de acuerdo con el estudio Gasto de bolsillo y equidad financiera en el acceso a medicamentos en América Latina: Tendencias y desafíos: 2010-2020 desarrollado por Rafael Cortez, investigador del Centro de Investigación de la Universidad del Pacífico, junto a André Medici y Rucheta Singh.
El estudio encontró, por un lado, que el gasto directo en salud en los países latinoamericanos no ha mostrado una disminución sustancial, a pesar del aumento del PIB y de los ingresos públicos en las últimas dos décadas. Asimismo, actualmente los medicamentos representan una alta proporción del gasto total en salud, en un contexto protagonizado por medicamentos con altos precios, poca cobertura para su acceso y varios intentos por regular mejor los mercados farmacéuticos.
En tanto, la proporción del gasto directo en salud en la región que es del 34%, siendo Venezuela (63%), Guatemala (54%) y Granada (52%) los países más expuestos en esta problemática. Por su parte, si bien Perú está mejor posicionado en este ranking (se mantiene en 15% a la fecha), casi la tercera parte (30%) de estos gastos pertenecen al grupo denominado como gastos de bolsillo en salud, el cual hace referencia al pago directo no reembolsable realizado por las personas que hacen uso de servicios de salud sin financiamiento.
Adicional a ello, hasta el 40% de los gastos directos de los peruanos dedicados a la salud se asignaron a la compra de medicamentos, lo cual resulta preocupante considerando que los principales afectados son los más pobres, ya que las familias en nuestro país gastan un promedio de 1.500 soles al año en productos farmacéuticos.
Entre los factores que conllevan a esta problemática está el déficit en el acceso a medicamentos y la mayor proporción de gastos más significativas de sus ingresos. “Este desembolso se debe, en principio, a que los sistemas de salud en la región no cubren por completo el acceso a medicamentos recetados para tratar cada enfermedad, ya sea de menor o mayor grado. Esto genera que se recurra a farmacias o establecimientos de salud para adquirirlos, pero eso tampoco te asegura que tu gasto sea menor”, explica Cortez.
Los investigadores coinciden en tres motivos principales que influyen como una barrera al acceso de medicamentos: la falta de disponibilidad de farmacias o establecimientos de salud cercanos, la escasez de medicamentos en instalaciones gubernamentales o farmacias privadas, y la falta de dinero o voluntad de pago.
En este aspecto, el Seguro de Salud juega un papel fundamental en la protección financiera de la población contra el gasto directo en medicamentos, pues según el estudio las personas no aseguradas gastan en promedio el doble que las personas con seguro. No obstante, los asegurados de los Seguros Sociales de Salud Obligatorios en Perú (EsSalud y otros seguros privados) realizaron el mayor gasto en salud. Para ellos, el gasto total en salud representó 37,2 % de sus gastos en 2019, seguidos por los asegurados del Seguro Integral de Salud (SIS) con 25,7.
“Países como Perú y Brasil ―analizados y comparados en el estudio― han desarrollado un seguro público de amplia cobertura universal, el SIS y el Sistema Único de Saúde respectivamente, que comprenden la cobertura de servicios de atención, mas no aplica a los medicamentos que se prescriben”, explica Cortez, quien agregó que el 24,2% de la población peruana no está afiliada a ningún seguro de salud y que las familias gastan un promedio de 1.500 soles al año en productos farmacéuticos.
“Debemos mejorar la gestión y la asignación del dinero en el sector salud, ya que, por ejemplo, no es que otros países tengan mucho más poder adquisitivo que nosotros, sino que son mucho más eficiente en focalizar los gastos”, comenta el investigador CIUP, quien enfatizó la necesidad de generar nuevas políticas de salud en la región para responder eficazmente a los crecientes desafíos del envejecimiento y las enfermedades no transmisibles que causan una mayor necesidad de medicamentos y más asequibles.
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