El año 2024 se constituyó como un año de crecimiento para el Perú, el PBI se expandió en 3,3%, siendo uno de los países de América Latina que lideraron el crecimiento, así mismo tuvimos un récord en exportaciones con un total de 74, 664 millones de dólares. Sin embargo estos indicadores se lograron gracias al desarrollo de sólo un reducido porcentaje de empresas peruanas; exportaron solo el 0.42% del tejido empresarial peruano.
Para que mayor número de empresas logren un crecimiento sostenido tanto en el mercado nacional como internacional, debemos fortalecer sus capacidades productivas, comerciales y de gestión empresarial. Ello se logrará siempre y cuando se fortalezca un ecosistema de innovación en el Perú.
Según el Global Innovation Index 2024 en el Perú sólo se invirtió en ciencia, tecnología e innovación el 0.17% del PBI, aproximadamente 223 millones anuales, estando por debajo de lo invertido en Colombia,México, Argentina y Brazil.
La inversión no solo debe de venir desde las instituciones del Estado, sino también desde el sector privado. Para ello en el Perú existen leyes que promueven la inversión en ciencia, tecnologia en innovación, como la Ley Nº 30309 y Ley Nº 31659 que ofrecen beneficios tributarios a las empresas que realicen actividades de I+D+i; sin embargo desde el 2016 a la fecha sólo aproximadamente 110 empresas se han visto beneficiadas con estos instrumentos (24 micro y pequeña y 86 mediana y gran empresa).
¿Nos preguntamos y por que solo 0.00476% de un universo de 2´308537 empresas se han beneficiado?
En su mayoría las empresas desconocen la existencia de productos, fondos concursales, programas de formación y leyes que apoyen o beneficien su gestión empresarial e innovadora.
Nuestras organizaciones se ven limitadas a desarrollar actividades de I+D+i por falta de financiamiento, falta de capacidades profesionales que puedan enfrentar el rápido ritmo del cambio tecnológico, falta de infraestructura, falta de cultura de innovación y sobre todo falta de gestión empresarial, de innovación, sostenibilidad y de calidad.
Las empresas deben comenzar a gestionar la innovación en sus organizaciones, diseñando e implementando sus propios sistemas de gestión de la innovación o incorporando y adoptando sistemas internacionales como el ISO 56001 Sistema de Gestión de la Innovación.
Ello asegurará que las organizaciones logren una mayor capacidad para evolucionar en entornos dinámicos e inciertos, que obtengan una mayor capacidad para generar valor a partir de la innovación en nuevos productos, servicios, procesos, modelos de negocio o métodos; así mismo mejorará sus resultados de innovación, mediante una gestión sistemática de actividades, generarndo capacidades sostenidas; todo ello mejorará la reputación de las organizaciones, atrayendo a usuarios, clientes, empleados, socios y financiamiento.
Así mismo desde el Estado en colaboración con otros actores claves como la academia, la empresa, gremios, entre otros deben asegurar un ecosistema de innovación que sea propicio para generar innovación y acompañamiento a empresas de todo sector.
Como indicó Drucker, la innovación es aquella función del espíritu empresarial, sin importar el tamaño, tipo o edad de la organización, por medio del cual el empresario crea nuevos recursos generadores de riqueza o dota a los existentes un mayor potencial. Por lo tanto, la innovación constituye un componente indispensable de las estrategias empresariales, que hará posible mejorar los procesos de diseño, fabricación, comercialización, distribución, transformación digital, comunicaciones, entre otros; haciéndolos más productivos, generando un mejor desempeño en el mercado, mejora de la reputación en la percepción de los clientes y, en consecuencia obtener una ventaja competitiva sostenible.
Columna de opinión publicada en el impreso del medio La República. Conoce más sobre nuestros investigadores y sus aportes aquí.
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