El acceso a la educación superior es de crucial importancia para el desarrollo social y económico de un país. Actualmente, el sistema educativo está sufriendo constantes cambios debido a las reformas y leyes promovidas por la clase política. En este panorama de incertidumbre, conversamos con la investigadora del CIUP, María Pía Basurto, quien analiza las barreras que enfrentan los jóvenes peruanos para acceder a una formación universitaria de calidad, así como las políticas y estrategias que pueden implementarse para superar estos obstáculos.
Según la Encuesta Nacional de Hogares (ENAHO) 2023, solo el 21.4 % de los jóvenes peruanos accede a una educación universitaria. ¿Qué medidas asume el Estado ante esta problemática?
El papel del Estado debe centrarse en la provisión de la oferta educativa. Si bien está presente el rol subsidiario a través de la oferta pública y la provisión de becas tales como Beca 18, es necesario que el gobierno provea una oferta pública más acorde al crecimiento de población estudiantil.
Para atender este tema debemos partir desde la urgencia que hay en asegurar una mejor transición luego de finalizar la etapa escolar. Existe una desconexión entre la educación básica y el acceso a la universidad. No solo hay una brecha importante entre los conocimientos adquiridos en la etapa escolar y los necesarios para cursar exitosamente la universidad; sino que el ingreso es más difícil para aquellos alumnos que no pueden solventar el curso de una academia que los prepare para el examen de admisión ordinario.
Adicionalmente, las universidades privadas cada vez más, utilizan modalidades extraordinarias de admisión en las cuáles ofrecen un ingreso “más fácil” a aquellos alumnos que provienen de colegios que han demostrado buen rendimiento. La manera como lo demuestran es a través del rendimiento de sus exalumnos dentro de la institución superior.
Naturalmente, si un postulante proviene de una escuela pequeña o de dónde no haya muchos exalumnos que hayan cursado educación superior, serpa menos probable que puedan acceder a esta modalidad extraordinario.
¿Qué modelos educativos que se usan a nivel mundial podrían aplicarse en Perú para contrarrestar la desconexión entre el colegio y las universidades?
Otros países poseen lo que se conoce como “examen único”, el cual se evalúa saliendo del colegio y que, según los resultados, permite al estudiante postular a muchas universidades. En contraste, en nuestro país el proceso de postulación a la educación superior es idiosincrático a cada institución educativa, lo cual representa un obstáculo para los postulantes, quienes deben postular tantas veces o rendir tantos exámenes como universidades quieren postular.
En tanto, el tema se complica aún más porque cada universidad tiene su lógica, algunas solicitan conocimientos de cursos generales, mientas que otras se limitan a realizar entrevistas para ingresar. Dicho esto, Perú tiene un proceso bastante ineficiente que restringe el menú de opciones, además se encierra en la capacidad de gasto y el tiempo de preparación que tiene el alumno para cada tipo de examen de admisión.
Los únicos beneficiados en esta disyuntiva son las academias preuniversitarias, un mercado que en otros países no está tan presente y los estudiantes de colegios preferentes. Por el contrario, sin irnos muy lejos, en Chile ya se ha incorporado desde hace muchos años el sistema de examen único para postulación a universidades, que de hecho es muy importante para que los estudiantes tengan una manera de compararse con otros y saber en qué nivel están.
Es evidente que, en vez de avanzar, estamos retrocediendo en algunos aspectos. Al punto de que, en lugar de avanzar hacia un mejor sistema de evaluación de la educación básica, desde 2019 el Ministerio de Educación del Perú no ha aplicado las evaluaciones censales que solía realizar en segundo de secundaria y cuarto de primaria, sino que dejó de evaluar durante la pandemia cuando solo 3 países de la región dejaron de hacerlo, y evaluó de forma muestral durante 2022 y 2023 perdiéndose un termómetro importante para las actores educativos tales como docentes, directores, padres de familia y el mismo MINEDU respecto de los logros educativos de cada institución educativa.
¿Qué impacto tiene la virtualidad en el sistema educativo y en el rendimiento de los profesionales?
Hay diferentes estudios relacionados al impacto de la virtualidad, sobre todo en el contexto de la pandemia por la COVID-19; aunque para responder a la pregunta sería mejor poder aislar el impacto de la COVID-19 del impacto por la virtualidad. En ese sentido, Bettinger (2017) evalúa un caso particular en Estados Unidos, explorando el impacto de las clases online en los alumnos de pregrado. En ella se encontró que estudiar de manera online lleva a una caída de 0.33 desviaciones estándar en la nota, que es bastante grande.
Aún más sorprendente es que los investigadores, al tener data administrativa de la universidad que tomaron como caso, hallaron que en algunos cursos que se ofrecían vía online y también de manera presencial, aquellos que optaban por la modalidad virtual veían una baja en su promedio ponderado de notas del siguiente ciclo.
Las notas no son una medida perfecta o definitiva del aprendizaje, eso está claro, pero es un indicador del conocimiento adquirido. En mi experiencia como docente, siento que es diferente enseñar un curso online a personas que ya son profesionales, en comparación con jóvenes que están todavía en formación.
Y, por otro lado, la virtualidad hace que los alumnos se lleven una experiencia universitaria incompleta, pues se pierde la interacción entre compañeros y con ello el efecto que tienen los pares sobre su rendimiento y el posterior networking.
En relación con tus investigaciones recientes, ¿es posible acortar la brecha de género presente en las carreras STEM?
Es importante remarcar que la brecha de género en estas carreras es un fenómeno mundial, no es un problema netamente de Perú, ni un problema exclusivo de países en desarrollo. Cuando uno se compara con otros países en los que se especula una brecha más reducida, la desigualdad prevalece debido a que se mantienen los modelos culturales tradicionales.
Para acortar esta brecha hay tres etapas claves: el cambio de cultura, la asociación de roles en la educación y la práctica profesional. La ruta más compleja y ambiciosa sería cambiar la cultura de la sociedad, desde el tipo de juguetes que se ofrece para niños y niñas. Mientras que a los varones se les brinda juegos para armar, a las mujeres se les ofrece juegos que refuerzan los roles marcados por los estereotipos, lo cual luego se traslada al colegio, donde convergen otros actores.
Pero, centrándonos en el ámbito educativo, es necesario reforzar y erradicar los estereotipos que se traen desde casa. Aquí intervienen los docentes y los propios compañeros, los cuales influyen en las preferencias que tienen las estudiantes sobre los diferentes cursos. El paper desarrollado con los investigadores CIUP, Manuel Barrón, Juan Francisco Castro y Román A. Zárate, estudia los efectos directos e indirectos de una intervención que combina ejemplos de mujeres exitosas en STEM y la retroalimentación sobre los estereotipos de género y ciencias.
Evaluamos las actitudes de los estudiantes de secundaria hacia las mujeres en los campos STEM y el reconocimiento de sus pares. Para medir el reconocimiento de pares, desarrollamos un concurso de matemática entre salones en el que solicitamos que cada estudiante nomine a 3 compañeros (niños o niñas) para que representen al salón. De ser exitosa nuestra intervención, la probabilidad de nominar a una mujer para representar al salón debería aumenta. En cuanto a resultados, encontramos que nuestra intervención mejoró las actitudes de los estudiantes hacia el desempeño de mujeres en las áreas STEM.
Además, encontramos un impacto directo e indirecto de alrededor de 8 puntos porcentuales de incremento en la probabilidad de nominar a una mujer para representar al salón, de esta manera reconociendo sus habilidades en matemáticas. Este cambio en la composición de género del equipo no llevó a pérdida en cuánto al desempeño del equipo, de hecho, ambos tipos de equipos obtuvieron un desempeño estadísticamente similar..
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