La investigadora del CIUP, Rosa María Fuchs, escribe para el Espacio de Reflexión del boletín Punto de Equilibrio N°18.
El siguiente artículo se realiza a título personal y no refleja necesariamente la opinión institucional de la Universidad del Pacífico.
Antes de la pandemia por la COVID-19 al teletrabajo se le atribuían ciertos beneficios que favorecerían un mejor balance trabajo-vida. ¿Realmente se ha experimentado esta ventaja durante la pandemia?
El balance trabajo-vida busca reflejar si el individuo percibe que puede manejar tanto los aspectos de la vida laboral como los de la vida personal en equilibrio, en armonía. Es un concepto que va más allá del equilibrio trabajo-familia, porque considera también a personas sin hijos, sin pareja o sin responsabilidades familiares, pero que igual necesitan un balance entre los ámbitos laborales y personales.
Antes de que comenzara la pandemia por la COVID-19, el teletrabajo se aplicaba en algunas empresas como un beneficio de flexibilidad en el marco de las políticas que promovían el balance trabajo-vida. Se entiende por teletrabajo aquel trabajo que se realiza desde casa, lejos del local de la empresa, con apoyo de dispositivos tecnológicos. A raíz de la pandemia que transformó nuestras vidas, el escenario laboral cambió de tal manera que el teletrabajo dejó de ser una excepción y pasó a ser parte de la nueva realidad y, preparados o no, día a día las actividades menos pensadas se comenzaron a realizar desde casa con el apoyo de la tecnología.
¿Qué está pasando entonces?, ¿se está logrando un mayor balance trabajo-vida? Los estudios han comenzado a realizarse desde el año pasado y los resultados son interesantes.
Diversos documentos sobre salud laboral mencionan que uno de los principales riesgos del teletrabajo es la difícil separación de la vida familiar y laboral. Un estudio de McKinsey de julio de 2021, indica que los empleados ya tenían un reto tratando de mantener límites entre el trabajo y la vida personal y que ahora se ha incrementado la dificultad para desconectarse del trabajo. ¿Cuántos trabajadores están conectados hasta muy tarde por la noche, atienden reuniones en horas inadecuadas, responden correos o reciben mensajes en la madrugada?
Si bien el teletrabajo permite ahorrar tiempo en transporte y reduce las interrupciones que se dan en el ambiente laboral, también ocasiona que los temas familiares estén más cerca de los personales. Hasta cierto punto esta situación permite que los trabajadores concilien ambos aspectos. Sin embargo, también puede ocurrir que los asuntos personales invadan el ámbito laboral y que este impida atender las necesidades personales. ¿Cómo hace una persona para ocuparse de responsabilidades del hogar y del trabajo a la vez?, ¿cómo se atiende a los hijos o a adultos mayores mientras se debe participar en una reunión laboral?
Según ADP Research Institute, en su estudio titulado “Personas y trabajo 2021: panorama de la fuerza de trabajo global”, las personas están trabajando más horas semanales de manera gratuita. En el estudio fueron entrevistados 32 741 trabajadores de 17 países, de los cuales 5726 fueron de América Latina. En promedio, la cantidad de tiempo libre que se trabaja cada semana es ahora de 9,2 horas por persona, frente a las 7,3 horas del año pasado. Esta cantidad aumentó de manera significativa en cada región, en América Latina aumentó de 4,5 a 6,5 horas.
Asimismo, se encontró que dos tercios de la fuerza de trabajo global se ha visto obligada a modificar la relación entre su trabajo y su vida personal debido al impacto de la pandemia. Esto quiere decir que han privilegiado el tema de la salud evitando salir a trabajar, han tenido que cambiar rutinas laborales para recibir ayuda con el cuidado de adultos mayores y niños, o han tenido que cambiar de trabajo. Estas decisiones diversas para poder enfrentar el nuevo entorno laboral contribuyen a mayores niveles de estrés.
Un aspecto adicional que presenta el estudio de ADP Research Institute, es que al indagar sobre cuál es el mayor reto o dificultad desde que empezó la COVID-19, la situación que más destaca en América Latina es equilibrar el trabajo y las necesidades familiares, seguida por conservar la salud y gestionar el estrés.
Si bien los comentarios realizados son sobre la fuerza laboral global no se puede dejar de mencionar que la mujer se ha visto particularmente afectada. Las mujeres son las que realizan la mayor parte del trabajo doméstico y esto perjudica su rendimiento laboral. Más aún en una situación en la que los niños aún desarrollan sus estudios escolares en casa. Ante el paulatino regreso a una modalidad de trabajo híbrido, son las mujeres las más preocupadas por cómo conciliar su vida personal y laboral. Los estudios señalan también que esta situación ha llevado a que las parejas redefinan sus modelos de convivencia.
Para la OIT el problema más grande es que los límites entre el trabajo y la vida personal se han borrado. También mencionan que el mito del trabajador ideal se ha destruido. Según este mito el trabajador debe estar siempre disponible para desempeñar sus funciones. Hoy el trabajador ideal afronta fuertes niveles de estrés porque los límites casi no existen y porque son los mismos espacios los que se utilizan para trabajar, para descansar, para ejercitarse, para apoyar a los hijos, entre otros. Cuando el trabajador dispone de un lugar especialmente destinado para trabajar en casa puede mantener mejor los límites entre el trabajo y la vida.
En una encuesta reciente realizada por la OIT a 134 227 personas, el 22% de los que viven con niños menores de 12 años mencionaron dificultades para concentrarse en temas laborales. Los porcentajes se redujeron cuando la edad de los niños era mayor o cuando no se tenían hijos. La concentración se dificultaba 5% en el caso de los trabajadores sin niños y 7% en el caso de los que tenían hijos mayores de 12 años.
Ante la nueva realidad laboral, aparecen diversas oportunidades de mejora para poder conciliar mejor la vida personal y laboral y de esta forma recuperar los límites entre ambos ámbitos. ¿Cuáles son los aspectos más relevantes para poder lograrlo?
La OIT recomienda que para ayudar a los trabajadores a mantener el balance trabajo-vida el trabajo se enfoque en resultados y no en las horas de trabajo diario. De ser así, el trabajador podrá organizarse mejor y aprovechar los beneficios de la flexibilidad que le permitirán atender asuntos personales y laborales organizando sus tiempos eficientemente.
Otra de las recomendaciones es lograr la desconexión digital. Tal vez esta recomendación sea difícil de lograr, especialmente para las generaciones más jóvenes. Poder mantener un espacio apartado de los asuntos laborales, desconectarse del trabajo en momentos específicos reservados para el descanso y la vida personal, evitar revisar los correos electrónicos a toda hora, son los nuevos retos que se enfrentan. La legislación apoya en este sentido, pero es la práctica diaria en la relación empleado-empleador la que debe incorporar el respeto por los tiempos para cada ámbito, en busca del bienestar del trabajador y así contribuir con la desconexión digital
Debido a la presencia del teletrabajo las leyes se están modificando o se están atendiendo vacíos legales que seguramente permitirán favorecer nuevamente el balance trabajo-vida. Por ahora es necesario ir tomando conciencia de que el balance trabajo-vida contribuye con un buen estado de salud y con la productividad laboral, por lo que tratar de ir redefiniendo los límites es una tarea diaria en nuestras manos.
*Foto: Andina
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