Estrategia empresarial Emprendimiento y emprendedores

El futuro de las empresas: ¿están listas para reinventarse?

26 octubre, 2021

Columna de opinión de la investigadora del CIUP, Karen Weinberger, para el boletín Punto de Equilibrio n°19.

El siguiente artículo se realiza a título personal y no refleja necesariamente la opinión institucional de la Universidad del Pacífico.

En el 2020, la crisis sanitaria puso a prueba la capacidad de los empresarios para “adecuarse” a las nuevas circunstancias o quizás “reinventarse” frente una nueva realidad. La paralización de muchas empresas y la pérdida de puestos de trabajo, obligaron a los desempleados y a los jóvenes que aún no habían ingresado al mercado laboral a encontrar en el emprendimiento, una alternativa para la generación de ingresos.

Es así como en los últimos dos años se ha visto una explosión de negocios virtuales como el e-commerce, el dropshipping y sus dark stores, las fintech, los e-learning, los foodtech con sus dark kitchens, las agritech, la venta de softwares especializados o servicios SaaS (Software as a Service), los negocios de consumo o servicios colaborativos (Sharing Economy Services), los bloggeros, los youtubers, entre muchos otros. Las ventajas de algunos de estos modelos de negocio, como por ejemplo los e-commerce, los SaaS, los e-learning o los servicios colaborativos, pueden globalizarse rápidamente, pues las normas y regulaciones son similares entre países. Sin embargo, en industrias como las Fintech, donde las regulaciones locales son muy distintas, es fundamental analizar muy bien antes de pensar en la expansión regional.

Es evidente que los consumidores han cambiado sus hábitos, sus preferencias, sus estilos de vida y probablemente hasta sus valores. Por ello, las empresas tienen que identificar y adaptarse a estas nuevas necesidades, con propuestas de valor que superen las expectativas, no solo las de sus clientes o usuarios finales, sino también de todos sus stakeholders. Hoy, los consumidores a nivel global tienen una mayor preocupación por su bienestar integral, por la calidad del aire y del medio ambiente, por la seguridad física y cibernética, por vivir en compañía disfrutando de mayor tiempo libre, pero también se han vuelto más ahorradores y reflexivos en cuanto a sus gastos. El consumo de productos naturales y saludables, el cuidado de la salud mental, la incorporación de tecnología en todo aquello que pueda ser repetitivo y la virtualización del trabajo, de la educación, de las transacciones financieras, de las compras, de los equipos de seguridad, del control de cambios en el ambiente, de la forma en la que nos informamos y hasta de la medicina, son cambios con los que las empresas tendrán que lidiar.

Por ello, el futuro de las empresas no está en proyectar el futuro en base al pasado, sino en comprender esta nueva realidad, este nuevo entorno competitivo, y aprovechar las oportunidades que las nuevas tendencias de consumo, la ciencia, la acelerada transformación digital y la tecnología les brindan.

Además de estos retos tecnológicos y competitivos, las empresas peruanas se enfrentan a un entorno económico, pero sobre todo político, bastante incierto, lo que disminuye el nivel de confianza de los empresarios. Por ello, muchos empresarios entran en estado de “standby”, es decir, en modo de espera o de reposo, haciendo más lenta la recuperación del país, después de largos meses en los que el aparato productivo estuvo paralizado. Sin embargo, la historia nos muestra que, en épocas de crisis, las empresas que cuentan con los recursos internos necesarios para aprovechar rápidamente las oportunidades y enfrentar las amenazas del entorno, tienen mayores probabilidades de alcanzar el éxito y “pasar la ola” de la incertidumbre.

En este último trimestre del año, la mayoría de las empresas estarán concluyendo sus planes y presupuestos para el 2022. Habrá quienes lo harán con optimismo y la esperanza de mejoras en el entorno, mientras otros seguirán viviendo en la oscuridad del pesimismo y el temor frente a un futuro incierto. En cualquier caso, recuerden que el éxito de las empresas está en la capacidad de sus organizaciones para responder rápidamente a los cambios del entorno, con los recursos que tiene o con los que tendrán que adquirir en el menor tiempo posible. Estamos en una era de nuevas necesidades, nuevos paradigmas, nuevos modelos de negocio, en los que la sustentabilidad de los recursos y el compromiso con los objetivos del desarrollo sostenible, no son una moda, sino más bien, una necesidad para la supervivencia de toda empresa.

 

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