Pobreza y desigualdad

Salud y Pobreza: balance 2021 y proyecciones al 2022, por Pablo Lavado

21 diciembre, 2021

El análisis en materia de salud, empleo y pobreza que hace el investigador del CIUP, Pablo Lavado, nos recuerda los mayores retos que se vivieron en dichos sectores durante los dos primeros años de pandemia. En esta reflexión, además, señala las medidas urgentes que se deben tomar durante el 2022 para mejorar el bienestar del país.

El manejo de la pandemia por la COVID - 19 ha sido un reto para el sector salud. Por un lado, ha mostrado la crudeza de sus problemas estructurales: brecha de recursos humanos, débil primer nivel de atención, poca capacidad de respuesta y falta de insumos médicos. Por otro lado, los gobiernos tomaron medidas de contención con la finalidad de reducir el impacto sanitario de la enfermedad. Sin embargo, las restricciones impuestas (inmovilización ciudadana, restricciones en aforos, toques de queda, entre otros) impactaron negativamente la actividad económica.

Es más, medidas como el cierre de centros de trabajo o restricciones al movimiento interno no tuvieron un impacto significativo en la reducción del número de fallecidos y afectaron fuertemente la actividad económica. Por el contrario, algunas medidas sanitarias como la vacunación o el uso de mascarillas, en su momento, sí fueron efectivas para reducir el avance del COVID-19 sin afectar la economía nacional. Asimismo, las medidas de apoyo monetario, sobre todo los créditos, contribuyeron tanto con la recuperación económica como con la reducción del número de fallecidos (Lavado, Lindley, Saavedra y Villegas, 2021).

Mientras convivimos con la COVID-19, se debe empujar una reforma en el sector salud que ponga énfasis en el primer nivel de atención, el uso de la historia clínica electrónica, una mejor organización de los recursos humanos, mejorar la programación compra y logística de los medicamentos, fortalecer al SIS y al FISSAL, poner atención a las enfermedades no transmisibles (cáncer, diabetes, hipertensión y las enfermedades raras y huérfanas) y una mejor alineación por parte de las regiones con los objetivos sanitarios nacionales.

Impacto en la pobreza, empleo e ingresos
Las repercusiones de la pandemia sobre el empleo han sido diferenciadas al interior del país: la caída de la población ocupada afectó en mayor medida a los trabajadores dependientes e independientes del sector informal de la economía y a los trabajadores menos educados (Lavado y Crisólogo, 2021). Si bien estos efectos iniciales se han atenuado con el tiempo, persisten y siguen siendo considerables: incluso a mediados de 2021, hay una reducción de casi el 20% en las horas trabajadas y los ingresos laborales (Higa, Ospino & Aragón, 2021). Es más, en el 2020, como consecuencia de la recesión experimentada por el COVID-19, la pobreza monetaria se incrementó de 20.2% a 30.1%, lo que implicó un retroceso de 10 años de políticas de lucha contra la pobreza.

Con la finalidad de contrarrestar el impacto del COVID en el nivel de ingresos y, por tanto, la pobreza, el Estado realizó un subsidio monetario llamado “bono Yanapay” a favor de personas mayores de edad que pertenezcan a hogares cuyos ingresos no superan los S/ 3,000 mensuales. Lavado, Liendo & Guzmán (2021) estimaron que dicha intervención ayudaría a reducir la pobreza del 2021 entre 1 y 2 p.p. No obstante, si el bono se hubiera enfocado solo en los hogares más pobres, el subsidio tendría el potencial de reducir la pobreza hasta 3 a 5 p.p. Por tanto, el carácter cuasi universalidad le hizo perder efectividad para mejorar los niveles de ingreso de la población que se ubica por debajo de la línea de pobreza.

Mientras que, en el 2021, la producción se está recuperando, el empleo, sobre todo formal, y los ingresos aún están rezagados. Para el 2022 se debe pensar en cómo recuperar los niveles prepandemia y, para ello, es necesario fomentar la inversión privada, vincular los programas de apoyo temporal a las necesidades públicas urgentes (por ejemplo, apertura de escuelas), retomar la necesaria reforma laboral y tributaria, aunque discutida entre varios actores, construir un sistema de protección social que resguarde a las personas ante choques económicos, de salud y en la vejez. Finalmente, es importante poner énfasis en la pobreza urbana, sin descuidar la pobreza rural con la que sí se ha venido trabajando en los últimos 15 años.

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