El Ministerio de la Producción amplió por tercera vez el uso de octógonos impresos en los empaques. Las advertencias adhesivas debían ser usadas hasta un año después de entrado en vigencia el manual de la Ley de Alimentación Saludable, en junio de 2020. La actual prórroga ha extendido su uso hasta marzo del 2020. Frente a esto, los investigadores del CIUP, María Angela Prialé y Martín Hernani Merino brindan sus apreciaciones.
La tercera prórroga para el uso de octógonos mediante adhesivos ha sido ampliada hasta marzo del 2022, casi dos años adicionales a lo que se contempló inicialmente. El Ministerio de la Producción informó que las marcas podrán seguir usando adhesivos en lugar de octógonos impresos en los empaques de forma temporal.
Esto responde a la posición de las empresas de productos alimenticios que pedían una nueva prórroga frente al plazo que vencía el 30 de junio de 2020. La Cámara de Comercio de Lima solicitó que el uso de stickers en los productos importados sea permanente.
Para las asociaciones de consumidores es imperativo que se incluyan los octógonos como parte de las etiquetas. Para comprender la pertinencia del cumplimiento de la Ley conversamos con los investigadores María Angela Prialé y Martín Hernani-Merino al respecto.
“El vehículo para brindar información nutricional que sea fácilmente captada y entendida por el consumidor son los octógonos impresos y no los adhesivos. El que los octógonos sean impresos, reduce el riesgo de su manipulación en el tránsito del producto desde el fabricante a los comercializadores mayoristas y minoristas, y de éstos al consumidor final”, señalaron.
Prialé y Hernani-Merino, autores del capítulo sobre etiquetado frontal nutricional en el Perú, del libro “Alimentemos el cambio: por una producción y un consumo sostenibles” publicado por el Fondo Editorial de la Universidad del Pacífico, estudiaron el impacto que tiene el uso de octógonos en la decisión de compra de los consumidores. Concluyeron que hay indicios, en el mercado peruano, de que los octógonos cumplen en captar la atención del consumidor.
“Parecería ser que esa forma de etiquetado estaría contribuyendo al objetivo del Estado de proteger la salud de los ciudadanos y reducir la asimetría de información entre fabricantes de productos ultraprocesados y consumidores de estos productos” precisaron.
En ese sentido refirieron que “la manipulación de los stickers es una potencial mala práctica comercial que incluye colocar los stickers en cualquier parte del envase”. Es decir, no encontrarse necesariamente en el frontis, presentar tamaños inadecuados, desprenderse por el poco adhesivo o simplemente no colocarse.
Según aseguraron, esto se debe a que “en mercados tan informales como el peruano este riesgo en el uso de los adhesivos tiene que contemplarse”, así como todos los problemas que se desprenden de él. Los investigadores concluyeron que “es importante que la norma se aplique lo antes posible”.
Segunda fase de la Ley
Otro punto en controversia es el que entra en vigencia en septiembre, ya que exige una reducción de azúcares, grasas y sodio en los productos procesados. El pedido de ADEX es que esta segunda fase de la Ley se retrase por lo menos nueve meses más. Esto ocurre mientras la población peruana ha subido en promedio 7.7 kilos, durante la pandemia por COVID-19. El Colegio de Nutricionistas lo atribuye principalmente al sedentarismo y consumo de alimentos altos en calorías.
Los alimentos y bebidas importados que sobrepasan los valores indicados por la norma sobre sodio, azúcar, grasas saturadas y grasas trans, deben ajustarse a la norma de octógonos impresos. Prialé y Hernani-Merino consideran que “pareciera que los importadores no están preparados para el cambio, a pesar de haberse hecho públicos los plazos”. Esto debido a un posible aumento de costos, lo que afectaría económicamente al consumidor al incrementar el precio de venta.
Por otro lado, el cumplimiento de la segunda fase de la Ley, sobre una reducción de azúcares, grasas y sodio, es considerada como una prioridad por los autores, quienes afirman que debería impulsarse la norma en el menor tiempo posible.
Esta coyuntura que ha llevado a muchas personas a trabajar desde casa y a salir solo para lo necesario por miedo al contagio, ha generado que la poca actividad física deteriore la salud de la población. Asimismo, los investigadores creen que “comer saludablemente disminuiría el riesgo de adquirir enfermedades que afectan nuestro estilo de vida y beneficiaría al Estado peruano, pues daría cierta holgura a los sistemas de salud”.
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