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Ángel Pérez: "A la IA no hay que temerle, hay que utilizarla para que nos haga la vida más fácil"

24 marzo, 2023

La controversia respecto a la inteligencia artificial (IA) y, específicamente, a Chat GPT continúa. Recientemente, su creador aseguró estar un poco asustado [1] ya que esta tecnología podría poner en peligro la sociedad como la conocemos. En este contexto, conversamos con el investigador CIUP, Ángel Pérez, sobre las implicancias de la inteligencia artificial en nuestras vidas. Desde una perspectiva de las humanidades y las ciencias sociales, el investigador comparte un análisis alentador para el boletín Punto de Equilibrio n° 36.

Últimamente hemos visto en las noticias escenarios en los que la inteligencia artificial, específicamente Chat GPT, responde de forma manipulativa o sentimental. Nunca se ha visto una tecnología similar ¿frente a qué tipo de fenómeno nos encontramos?

Todo esto es un proceso nuevo que todavía hay que estudiar y analizar con detenimiento. Desde la Universidad del Pacífico y el CIUP tenemos la intención de aproximarnos a los fenómenos mediante las evidencias y los datos certeros para poder emitir un análisis que fomente el conocimiento. Para ello es muy importante entender la diferencia entre el mundo de la opinión y el mundo del conocimiento. En el mundo de la opinión podemos comentar con nuestros amigos sobre diversos temas, en los que no necesariamente hemos reflexionado, ni somos especialistas. En el mundo del conocimiento debería hacerse un análisis más adecuado. Actualmente, al hablar de la inteligencia artificial generativa, todavía estamos en los momentos previos al análisis, a pesar de que ya hay algunas nociones claras.

¿Hoy en día contamos con las herramientas para encajar a la inteligencia artificial en alguno de estos dos mundos?

Estamos en momento de experimentación con la IA. La llamamos “inteligencia” porque tenemos que denominarla de algún modo. Pero para poder determinar que un ente tiene un nivel de conciencia habría que hablar sobre la identidad psicológica e identidad ontológica. Evidentemente estas inteligencias artificiales no cuentan con una identidad ontológica y no tienen una identidad sentimental.

Es conocido el ejemplo del periodista norteamericano de The New York Times que habló con la inteligencia artificial como si se tratara de una persona. Lo que hizo el sistema fue emular el diálogo y completar aquellas opciones que el interlocutor le daba, llegando a dar respuestas que eran poco apropiadas para una inteligencia artificial, sugiriendo por ejemplo una relación sentimental. El periodista le propuso suponer cuáles serían sus pensamientos aplicando una terapia psicológica. Evidentemente en ese camino el sistema de IA emuló un diálogo humano.

Lo que tenemos aquí no es un problema de identidad del sistema, no es que Chat GPT esté pensando en el sentido intuitivo, o que genere afectos, sino que está respondiendo a partir de un montón de datos estadísticos. No estamos ante sistemas que piensen de manera ontológica. Son muy potentes y pueden realizar procesos muy complejos, incluso que superen al ser humano en muchas opciones, pero tienen otras limitaciones.

¿Cuáles son las posibilidades de estas inteligencias artificiales? ¿Cuánto podrían interferir en nuestras vidas?

Yo creo que las posibilidades son múltiples porque estos sistemas pueden procesar y ordenar una cantidad enorme de datos con mayor rapidez que un ser humano, pueden crear bibliotecas de repositorios e incluso sistematizarlos según una serie de categorías. Pero no creo que estemos en un momento en donde la inteligencia artificial vaya a tomar las riendas, ni de la información, ni de la vida de las personas. Todavía no son capaces de intervenir en el mundo físico, no pueden experimentar con el mismo ni tomar decisiones sobre la realidad.

Por el contrario, la inteligencia artificial va a ser una gran herramienta para poder ayudarnos a comprender mejor otros sistemas que hemos estado desarrollando. Es decir será una excelente consultora para la toma de decisiones en muchos ámbitos, podrá elaborar programas informáticos o sistematización de información fiable. Por otro lado, creo que tendrá un papel en el ámbito de la información y de la discriminación de la misma. Hay un gran desafío para su regulación, en donde la reflexión ética y filosófica es fundamental. Para ello, tendrán que producirse códigos éticos con respecto a la inteligencia artificial sobre lo que se utiliza y lo que no.

Creo que la inteligencia artificial generativa, que es este sistema digital de razonamiento como el chat GPT, Bard de Google o Llama de Meta, presenta muchísimas limitaciones ya que no puede producir información que tenga una originalidad en el sentido más epistemológico. Es decir son capaces de procesar y leer la información, pero siempre dependen de referencias anteriores. Si sus fuentes no están validadas o no son certeras siempre estarán expuestas al error.

¿O sea lo recomendable sería usarla de forma informativa pero no invitarla a crear porque no está en su capacidad?

En el ámbito del conocimiento pueden ordenar y sintetizar, siempre dependiendo del corpus de referencias. También pueden encontrar caminos lógicos para solucionar problemas. Y eso es muy sugerente.

En el ámbito de la originalidad artística puedes invitarle a realizar creaciones, pero esa capacidad humana nace de un proceso de libertad que una IA no posee, porque no es una persona, o sea, no tiene identidad individual. Entonces su originalidad en realidad es una emulación, una paráfrasis estética si fuera el caso de una obra de arte o de un cuento. Lo que puede hacer es copiar a unos niveles y eso puede aparentar ser una obra o un objeto artístico, pero no lo es. Para que haya una creación estética tiene que haber un proceso interior de libertad, sensorialidad, una conciencia de uno mismo como persona y una expresión de esa conciencia personal y social.

Todavía estamos en los inicios de un fenómeno, pero también hay que distinguir que esta IA es un proceso de sistematización digital del razonamiento humano y que está muy lejos del razonamiento humano, en el sentido de identidad personal que este tiene. Es más potente en algunos niveles, pero no parte desde el mismo punto de inicio y no posee otras facultades humanas, porque la inteligencia humana es múltiple y no se reduce a lo racional. Y no hay que tenerle temor por ningún motivo, más bien hay que utilizarla para que nos haga la vida más fácil.

¿Podría haber un peligro en el pedido de información?

Pero ese peligro ya estaba en internet, en la red puedes hacer esas preguntas con intenciones maliciosas y hacer investigaciones con fines que no eran honestos. Lo que hace la IA en realidad es procesar esa información y no necesariamente va a dar una respuesta correcta, porque puede encontrar fuentes confusas.

No hay que temer a los malos usos, porque el mal uso de la tecnología es algo que ha sido permanente en la historia de la humanidad. La misma interrogante podría plantearse en torno a la tenencia de armas. Entonces, qué pasa si alguien tiene un arma y no tiene una madurez adecuada tiene algún problema mental. Legislar sobre eso les corresponde a los gobiernos, las instituciones y los actores que tienen esa labor en la sociedad y con la inteligencia artificial va a suceder lo mismo.

En los últimos años hay la percepción de que la tecnología está avanzando mucho más rápido. Cada vez hay avances y saltos tecnológicos más importantes que cambian y reconfiguran nuestro día a día ¿cómo lo ves de cara a la inteligencia artificial?

Desde las Humanidades, que este desde donde yo hago todas estas reflexiones, lo digital es un conjunto de herramientas dentro del ámbito tecnológico en donde se encuentra la inteligencia artificial y luego sus manifestaciones, que se pueden utilizar precisamente para el servicio de la sociedad.

En ese sentido hay que tener muy claro lo que necesitamos como personas. El uso de la tecnología nos está recordando constantemente quiénes somos. El boom de las redes sociales, nos hace preguntarnos qué es lo más adecuado para nuestro bienestar como sociedad. ¿Es adecuado no sentarnos en la mesa a conversar o comer en familia o amigos y utilizar nuestros dispositivos? ¿Es adecuado que yo me exponga en las redes social a un nivel más privado? ¿Es adecuado que expongamos a los más jóvenes a las redes sociales? ¿Cuál es la diferencia de la atención digital y la atención física en el proceso lector? Estas son las preguntas de siempre. Lo que pasa es que están muy ligadas a la tecnología.

Las Humanidades y las Ciencias Sociales son fundamentales para la reflexión sobre la tecnología y su adecuado uso. Todo esto yo creo que va a poner en su lugar muchas preguntas que a lo mejor no hemos recordado en algún momento. Los avances tecnológicos siempre tienen sus riesgos, pero yo creo que van a ser grandes aportes para el desarrollo de la civilización.

¿Cuáles son algunas de esas preguntas fundamentales vinculadas al uso de la tecnología?

Es fundamental hacer esta distinción entre tecnología y ciencia. Porque la tecnología nos ha acompañado desde siempre y la ciencia no. La ciencia es una disciplina que tiene un momento de inicio y está íntimamente relacionada con la escritura, con la fijación textual, con la matemática, con la astronomía y con la inversión para su desarrollo. El conocimiento científico, que es el conocimiento certero, es el que nos permite avanzar como civilización y va de la mano de otros avances humanos en su sentido más social y personal. Por ejemplo la configuración legal del mundo, el mundo espiritual, la reflexión ética y el avance que tiene que ver con la dimensión estética.

La tecnología nos sirve de mucho en lo que necesitamos y también nos recuerda que somos personas. Por ejemplo, las aplicaciones que nos permiten escuchar música nos recuerdan que es difícil vivir sin el arte. En el día a día necesitamos escuchar música, leer literatura, contemplar la naturaleza o ver películas o series. La mayoría de las personas necesitamos esta dimensión estética e interior, y también necesitamos, evidentemente, de la dimensión científica. Por eso es tan importante invertir en ciencia y en cultura desde los gobiernos y las instituciones.

El entender todos estos mundos y cómo se conectan gracias a la tecnología es una manera de clarificar nuestra vida y de entender por dónde la tecnología puede aportar a nosotros como personas. A mí me parece que es en el ámbito del conocimiento y de la curiosidad es donde se complementa todo. La tecnología —también— es un punto de encuentro entre el mundo humanístico, clásico y renacentista, el vanguardista y el mundo científico. Por eso creo que estamos en un momento de la civilización interesantísimo en donde hay que aprender y procurar seguir siendo personas curiosas.

Lee también las anteriores ediciones de Punto de Equilibrio, aquí. 

Referencias:

[1] Creador de ChatGPT confiesa que está “un poco asustado” de la inteligencia artificial (21 de marzo de 2023). RPP. https://rpp.pe/tecnologia/mas-tecnologia/creador-de-chatgpt-confiesa-que-esta-un-poco-asustado-de-la-inteligencia-artificial-noticia-1473875

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