El docente Gustavo Yamada admite que su profesión es vista como "aguafiestas". Sin embargo, trata siempre de ver el vaso medio lleno. Lee la entrevista que nuestro director brindó a Gestión.
El economista, docente e investigador Gustavo Yantada sostiene que su vocación empezó a forjarse desde que era niño. Hablamos de la década del 70, cuando el país estaba también en una crisis económica, recuerda. Escuchaba en televisión al ministro de Economía (Javier) Silva Ruete explicar que el país necesitaba un plan de estabilización. Eso me llamó mucho la atención, evoca.
Se puede decir que su vocación comenzó en el colegio...
Primero pensé que la contabilidad era mi vocación. Tenía cierta facilidad para los números y había un tío en la familia que era contador.
¿Qué lo motiva a elegir economía?
Escogí una carrera que tiene que ver con el país y con el destino de muchas personas.
Llega entonces a la Universidad del Pacifico...
Estudié en un colegio público en La Victoria, en El Porvenir, donde mi papá tenía una bodega. La verdad, no conocía la universidad, pero ir fue un gran salto y una oportunidad que no podía desperdiciar.
Luego, tras varios años, vuelve como docente. ¿Por qué?
Desde la posición que he tenido en la universidad y como economista se puede a lo largo del tiempo contribuir al desarrollo del país. Han pasado por mis clases muchas generaciones de estudiantes que han ocupado cargos altos promoviendo temas de economía, educación y empleo. Eso para mí es un gran orgullo.
¿Qué nombres recuerda?
Muchos. María Antonieta Alva ha sido mi alumna. Javier Palacios trabajó conmigo y hoy es ministro de Trabajo. Daniel Alfaro, que fue ministro de Educación, era jefe de prácticas en uno de mis cursos.
¿Qué les dice a sus alumnos de hoy sobre la actual crisis?
De todos los jóvenes a los que enseño, ninguno había sufrido una crisis económica en su vida. Que los chicos tengan una experiencia de primera mano es algo formativo, a pesar del drama humano. Los ayuda a tomar conciencia de todo lo que tienen y también a generar herramientas personales y grupales para salir más fortalecidos.
¿Y usted cómo ve la situación?
Cuando el vaso está por la mitad, lo veo medio lleno. A pesar de ser economista, tiendo a ser más optimista que mis colegas. Tenemos la fama de ser una profesión muy aguafiestas o pesimista. Estamos en una de las peores crisis de nuestra historia republicana, pero creo que vamos a salir más rápido. Tenemos más herramientas, estamos con inflación baja. Hay una serie de elementos positivos para que podamos recuperarnos.
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